19 junio, 2021

PARA REFLEXIONAR: LA HISTORIA DEL HOMBRE INGENIOSO

El hombre ingenioso

¿De repente tienes un problema tan grande que sientes que no tienes salida? ¿Te sientes abrumado porque no encuentras solución?

 

Si tu respuesta es SI, te voy a contar una historia que te motivará e incluso te puede inspirar a encontrar una solución creativa a ese gran problema que tienes.

Sigue leyendo y conoce la historia del funcionario ingenioso... Al final te doy algunas enseñanzas que podemos aprender de este relato.


Se cuenta que en plena Edad Moderna un respetable funcionario se ganó la enemistad de gente muy bien posicionada por poner trabas a sus negocios sucios. Esta situación fue poco a poco empeorando hasta el extremo de que los “importantes” movieron los hilos para acabar con su reputación. Como este funcionario era respetable, un asesinato causaría demasiado revuelo y podría salpicarles a la cara, por lo que decidieron utilizar sus influencias en el tribunal de la inquisición para culparle injustamente de realizar prácticas oscuras.

Se montó toda la pantomima de la acusación y sus secuaces se encargaron de hacer llegar a cada rincón esta información, cargada de mentira y difamación. La gente no podía creerlo, su querido funcionario estaba en el ojo del huracán. Como el acusado juraba y perjuraba ser inocente de los cargos que le atribuían y como realmente no había pruebas consistentes que en un juicio hubiesen demostrado su culpabilidad, se decidió resolver la acusación por la siguiente opción: Se haría una prueba de fe en la que Dios decidiría si esta persona era inocente o culpable. ¿Cómo lo haría Dios?

Para ello se tomarían dos papeles, uno con la palabra inocente y otro con la palabra culpable y doblándose éstos, se le daría a elegir al acusado. Si era inocente, supuestamente Dios intercedería por él y lo salvaría, pero si era culpable el papel lo delataría y sería condenado a la horca. Todo quedaba realmente en manos del azar. ¿O no? El funcionario acusado sabía que todo era un plan de sus enemigos y que muy posiblemente ambos papeles tuviesen escritos la palabra culpable.

 

El inquisidor decidió que el juicio se realizaría en la plaza principal de su ciudad, con el fin de atraer al máximo número de personas y poder humillarlo públicamente.

Aquel día, el acusado caminó sabiendo que su vida estaba en juego y al llegar a la plaza, fue recibido por abucheos lanzados por los secuaces de sus enemigos. Lo que realmente importaba eran los dos papeles que vio encima de la mesa. Tras explicarle el proceso, se le dió a escoger un papel. El acusado se acercó a la mesa y meditó durante segundos que parecieron minutos. Todo el mundo contenía la respiración.

En un momento dado, con una rapidez asombrosa, cogió uno de los papeles y se lo metió en la boca, tragándoselo. Nadie podía creerlo, pero la voz del acusado los sacó del letargo al decir: «Pido al juez que muestre al público el contenido del otro papel. Si tiene escrito culpable, mi papel escogido habrá sido por tanto inocente y Dios habrá demostrado mi inocencia ante los cargos que se me acusan.»

El juez tembloroso hizo caso y desenrolló el otro papel con la palabra culpable escrita. Los enemigos del respetable funcionario no podían creerlo, pues tras un largo proceso de preparación de un plan para acabar con él, habían sido derrotados. Pues evidentemente en ambos papeles ponía culpable, pero al tragarse uno de ellos era imposible poder demostrar lo que había escrito. Tras demostrarse por la vía divina su inocencia, sus enemigos tuvieron que bajar los brazos y el funcionario nunca más volvió a ser molestado.


¿Qué podemos aprender de este relato?

Si existe un problema, siempre existirá una oportunidad para superarlo.

La dificultad aviva el ingenio y esta historia es el mejor ejemplo que se puede utilizar para demostrarlo. El funcionario estaba cerca de la muerte, cuando en el último instante vió una oportunidad, la tomó y su ingenio le salvó la vida. Usando la propia trampa que le habían preparado pudo destrozar sus defensas y utilizarla contra ellos.

¿Qué quiero decir con esto? Aunque estés pasando por un momento difícil, aunque hayas fallado varias veces, si haces lo correcto y trabajas con constancia, siempre encontrarás una nueva oportunidad para salir adelante.

¿Otra enseñanza que podemos sacar de esta historia? Por mucho que prepares un plan, nunca serás capaz de controlarlo todo. Con esto no quiero decir que no vale la pena planificar, ¡para nada! Quiero decir que es imposible tener control total sobre todo, por lo que debemos tener siempre un plan B, C, D, etc.

¿Qué otra enseñanza puedes ver tu en esta historia? Déjame saber en los comentarios.

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