6 PASOS QUE TOMÉ PARA EMPRENDER AÚN CON MIEDO

  • Michelle Campillo

    Escrito por:

    Michelle Campillo

Quieres emprender y el miedo te detiene

¿Quieres emprender y el miedo te detiene? Pues sigue leyendo...

¡El éxito en la vida es de quien lo intenta, y bien lo planifica!

Recuerdo cuando renuncié de mi antiguo trabajo en un banco: Scotiabank. Trabajé allí durante 12 años, hasta que elegí y decidí emprender. ¿Que da miedo? ¡Mucho! ¿Que es fácil? ¡Mentira! ¿Que es una de las decisiones, que más te lleva a conocerte y a crecer?… ¡Totalmente!

 

Ahora, ¿pienso que todo el mundo tiene que emprender un negocio y dejar de ser empleado? ¡Para nada! Emprender un negocio no tiene porque ser una meta para todos; ser empleado también es una buena elección. Ahora, emprender una meta y lograrla SÍ ES ALGO PARA TODOS.

Es importante tener claro que tus metas, las que sean, y obviamente, que sean retadoras y relevantes para ti, hacen que:

  • Tu autoestima se fortalezca: Cuando vemos que somos capaces de lograr lo que nos proponemos, nuestra valoración aumenta, nuestra admiración personal y el orgullo por quienes somos se potencia, lo que nos da la fuerza y la preparación emocional para ser, hacer y tener más.
  • Tu entusiasmo se encienda: Cuando vemos materializado el logro, la llama del entusiasmo crece y la creatividad en todos los aspectos de tu existencia, cobra vida. Aquí los obstáculos se vuelven retos alcanzables e «insistir, persistir, resistir y nunca desistir» nuestro mejor lema.
  • Tu compromiso crezca: Digo que lo que hace a los soñadores hacedores es el compromiso. Cumplir nuestras metas se vuelve una adicción; desde que sentimos la satisfacción por honrar nuestra palabra, queremos más. Esto hace que el compromiso de seguir siendo ejemplo de cumplimiento, congruencia y logros se mantenga y crezca.
  • Tu productividad se maximice y le des propósito a tu vida: Hacer lo que no hemos hecho produce un resultado diferente a lo que tienes hoy. Muchas veces tememos no a morir, sino a marcharnos de esta vida sin vivir nuestro propósito. Cuando esto ocurre, nuestra productividad alcanza límites inimaginables. 
  • Salgas de tu zona de comodidad: Lograr cumplir nuestras metas, metas retadoras, nos hace descubrir nuestra grandeza y desarrollar nuestro máximo potencial. Cuando salimos de esta zona de comodidad nos quitamos las limitaciones, vencemos las excusas, crecemos, maduramos, aprendemos y nos damos el permiso de ver no sólo lo que somos, sino de lo qué somos capaces.

Te voy a presentar en este artículo el 6 pasos precisos y claros, para que de una vez por todas, emprendas cualquier meta o proyecto, con éxito. Si los pones en práctica, te aseguro acercarás claramente a tener eso que quieres.​

1. Define lo que quieres

 

Es muy importante que antes de dar palos a ciegas, definas claramente y con precisión eso que quieres. Muchas veces no cumplimos nuestras metas ¡porque ni siquiera sabemos a ciencia cierta qué queremos! 

 

¿Sabes claramente eso que quieres? ¿Sabes cuándo lo quieres y qué y a quienes necesitas para lograrlo? ¡Detente por un momento, toma un lápiz y un papel y escribe estas respuestas!  Necesitas definir tus metas para alcanzarlas. Tenlas por escrito; ¡escríbelas! Escribirlas te acerca hasta un 40% a tu meta y ya que con esta acción las vuelves tangibles. 

 

Es importante también que estas metas muevan tu alma. Entender el porqué lograrlas y entender en qué te beneficia cumplirlas y cómo te sentirás cuando lo logres, son aspectos importantes para saber que estas metas te conectan con tu propósito.

2. Emprende acción

 

Luego que las escribas ¡comprométete! ¿Cómo? ¡Compartiendo estas metas específicas  con personas importantes para ti y haciendo con ellos la promesa de generar acción. ¡Hacer promesas grandes es un gran regalo que te haces! Sé específico en lo que quieres lograr: anota día, mes, color, cantidad, %, tamaño, # de habitaciones. Recuerda que atraes a tu mente aquello en lo que más te concentras.

Es importante, al momento de emprender acción, tener estos 3 puntos claros, ya que si emprendemos acción sin estar preparados, es probable que prontamente nos detengamos. Ahora, esto tampoco significa esperar a que TODO ESTE AL 100% para accionar, ya que muchas veces caemos en la postergación. Aquí los 3 puntos:

  • ¿Quién tengo que SER para lograr eso que quiero? Tengo que ser una persona mas flexible, productiva, compasiva, empatía, consistente. Es muy importante que tengas muy claro eso, para que la acción que emprendas, además de ser coherente con el resultado que quieres lograr, sea una acción sostenible con el tiempo. Así que, no pases a la próxima pregunta, antes de responderte esto.
  • ¿Qué tengo que hacer? Luego de tener claro esas maneras de ser y comportamientos que necesitas, incluso competencias que hay que fortalecer, nos vamos a las  actividades especificas necesitas ejecutar; qué cursos necesitas hacer; qué reuniones agendar, paginas web, análisis, alianzas, estudios…  ¿Qué actividades puntuales necesitas para lograr eso que quieres, y que respondiste en el punto #1?
  • ¿Tengo claras mis prioridades? Sí, es muy importante saber cuál es la prioridad y acompañar nuestra acción con una buena planificación. La mala planificación o la no planificación es la planificación del fracaso. Planificar tus metas requiere tener claro tus prioridades, ya que muchas veces hacemos muy bien, lo que no tenemos que hacer. ¿Cómo identificar una prioridad?... Por la consecuencia que te produce el no completar dicha meta o tarea.
    Requiere también establecer una estructura de trabajo basada en “mini-objetivos” que te permita dividir tus metas  en un conjunto de acciones específicas, que completadas te llevan a alcanzar tus objetivos. ¿Tienes claro las tareas específicas que has de realizar para cumplir tus metas en este año, trimestre, mes y día que corre hoy para ti?
    A veces nos centramos tanto en estar ocupados y no en generar resultados. El 80% de tus resultados, depende de solo el 20% de tus actividades; sí de aquellas que son vitales y no triviales. Identificarlas y planificarlas diariamente es básico, clave, importante, para mantenerte en acción. 

3. Mide tus avances

 

¡No puedes mejorar lo que no puedes medir! ¿Cómo mides tus avances hoy día? ¿Haces autoevaluaciones frecuentes de cómo vas logrando tus objetivos? ¿Te llega fin de año sin saber claramente como vas acercándote o alejándote del plan? 

 

¡Esto no puede ser! Mensualmente, necesitas hacer un paro y medir tus progresos o retrocesos y analizar las causas que te han llevado al lugar donde estás. ¿He sido consistente? ¿He sido flexible? ¿He persistido lo suficiente? Mirar tus comportamientos es clave. De hecho, son tus comportamientos los que te llevan al resultado que obtienes. 

 

¡Ten métricas claras! Sí, objetivos claros y específicos, que puedas ir midiendo. Ejemplo de métricas pueden ser: números de clientes, ventas realizadas, cursos completados, etc. Agenda con anticipación tu sesión contigo mismo o contigo misma, y puedes también invitar a aquellos a quienes le hiciste la promesa de la que hablamos en el punto anterior.  

4. Ajusta acciones

 

¡No eres tu resultado! Es posible que accione planificadas no tengan el resultado que esperabas. ¿Qué hay que hacer? ¡Cambiar! No significa que porque el resultado no haya sido el esperado, «no das para eso»; lo que sí significa que hay que buscar una nueva alternativa. 

 

Ser flexible es muy importante para emprender y alcanzar cualquier meta. «He logrado lo que me propuse para este mes». Si lo lograste, felicítate y celébralo y profundiza en qué comportamientos te llevaron a ese resultado. Si no lo lograste, no te desanimes. ¡Recuerda que no eres tu resultado! 

 

Ahora, sí es fundamental que te DETENGAS y reflexiones en las razones que te han llevado ahí y tengas la humildad necesaria para cambiar lo que sea necesario cambiar y al mismo tiempo, puede ser necesario ¡Pedir ayuda! Mejora continuamente. Recuerda al momento de hacer tus ajustes, mirar no solo tus resultados, sino los comportamientos y maneras de ser, que han producido esos resultados en ti. Hacernos conscientes de las acciones inútiles que continuamente podríamos estar ejecutando, es vital para sentir la plenitud que queremos.

5. Enfoka tu atención

 

Sí, mantén el enfoke. Mantén activo tu sentido de urgencia. Mi genuino sentido de urgencia se expresa en mi poderoso e incontenible deseo de actuar, ejecutar, lograr, alcanzar, ganar ahora. 

 

El sentido de urgencia se refiere a la necesidad de enfocar la acción en lo que es relevante, es decir, de aprender a discriminar las tareas que tiene sentido realizar  porque son importantes y contribuyen a la consecución de los resultados que uno pretende lograr de aquellas que no tiene sentido realizar porque no aportan valor. 

 

En este momento responde estas preguntas: ¿Estás trabajando hoy basado en tus prioridades o basado en las actividades que te resultan más cómodas y conocidas?; ¿Estás realizando tareas rutinarias?; ¿Estás actuando basado en las prioridades de otros o en tus prioridades?; ¿Te sientas a analizar tu agenda y tienes claro el impacto positivo que tiene actuar a diario y con prontitud? ¿Evalúas el efecto indeseable que tiene postergar tareas vitales en tu desempeño profesional, crecimiento personal, salud física y emocional? ¿Qué tanto planificas?

Recuerda que las personas de éxito producen en base a prioridades y planifican de manera efectiva sus vidas.

6. Persiste hasta lograrlo

 

¿Continuas tu cuando otros se detienen? ¿Qué tanto te desmotivas cuando las cosas no salen bien? ¡Tu persistencia y disciplina son clave para lograr emprender cualquier meta o proyecto!

 

¡Sí van a presentarse obstáculos, problemas, situaciones complejas! ¡Es parte del proceso y son estas situaciones las que nos enseñan del material del que estamos hechos! Son ellas las que nos entrenan para tener un mayor éxito mañana.

 

¿La clave? Seguir, seguir y seguir. Seguir aplicando los ajustes necesarios, seguir aprendiendo y seguir creciendo. Con ganas o sin; con fuerzas o sin, pero seguir. Cuando lo logres sabrás el sentido de todo. ¡Ganas o aprender!

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Con aprecio, 

Michelle

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