03 julio, 2021

NO SE RENUNCIA A UNA EMPRESA, SE RENUNCIA A UN MAL LÍDER

Renunciar a un mal jefe

Cuando decimos que  en un proceso de transformación cultural las organizaciones no se transforman sino que se transforman las personas, es porque detrás de esa “gran empresa” hay un grupo de seres humanos que se encargan que esta exista.

Una empresa es el comportamiento colectivo de sus colaboradores y sobre todo de quienes la lideran.

Es por esto que no renunciamos a las empresas, sino a los jefes o líderes, porque estos permiten o no el desarrollo y empoderamiento de los colaboradores para lograr los retos del equipo y por ende, los retos de la compañía.

Cuando trabajamos, siempre queremos encontrar líderes que nos empoderen, que crean en nosotros, que respeten nuestros puntos en común y nuestras diferencias, que nos conozcan, que nos traten bien, que nos retroalimenten, que nos lleven a ser una mejor persona cada día.

Según un estudio publicado en Harvard Business Review, los líderes son la causa de hasta un 70% de la variación en el engagement del colaborador y si la experiencia de este con su jefe es negativa, estos niveles disminuyen notablemente, generando problemas en los resultados y la productividad.

Entonces la pregunta es  ¿qué tipo de jefe soy y qué tipo de jefe me gustaría tener?

Todos quisiéramos líderes buenos,  y así mismo que nos recuerden por ser buenos líderes. Y es que esta misión es de construcción día a día y de ser conscientes que como líderes tenemos la responsabilidad de siempre dar la milla de más, porque nuestro impacto es crucial para lo que pase en la empresa.

"Colaboradores que califican a sus jefes como excelentes son 5 veces más comprometidos que los que los califican negativamente."

-Harvard Business Review

Cuando haya una vacante en la empresa para ocupar un cargo de líder, la pregunta debe no debería estar tan enfocada en “soy bueno en lo que hago técnicamente» sino también cuestionarse «¿tengo las competencias para ser un gran líder? ¿soy un desarrollador de personas para entender que de mi depende que otras personas lleguen a ser mejores que yo? ¿tengo la capacidad para equilibrar las relaciones y los resultados?».

Y es en este punto donde retomamos un planteamiento interesante que dice Alfonso Aza Jácome, profesor de Inalde Business Review “ Los jefes que recordamos nos dan espacio para crecer y generan oportunidades de ascenso, no son celosos del éxito de sus subalternos; todo lo contrario, porque saben que crecen con sus colaboradores. Les gusta rodearse de personas con más talento que ellos mismos (…) un buen jefe inspira a los demás a llegar lo más lejos posible. Por eso, un buen jefe tiene la grandeza de empoderar a sus subalternos para convertirlos en auténticos líderes que un día ocuparán su puesto”.

"Es mejor tener un buen jefe en una empresa pequeña que trabajar en una gran empresa con un mal jefe."

Cuando hablamos de empresas más conscientes hablamos también del liderazgo, y la invitación es buscar que tú como líder tengas la capacidad de generar experiencias inolvidables, porque más allá de recibir un pago mensual, pensar en el bienestar es estar tranquilos, trabajando con personas que te hacen sentir bien, te empoderan, te respetan tu vida personal y lo más importante, te permiten crecer como persona y como profesional; si un líder no te acompaña en este camino, estás perdiendo la oportunidad de crecer.

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